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viernes, 2 de septiembre de 2011

Primeros pasos

     No recuerdo exactamente cuando fue la primera vez que se puso a andar mi hijo (con ayuda, por supuesto). De hecho tendría que tirar de hemeroteca para ver el amplio listado fotográfico y localizar la instantánea de las primeras poses de pie por sí solo del pequeño terremoto, cogiendo la verticalidad en la cuna, el sofá o apoyado sobre una silla. Lo que sí sé es que hará cosa de un par de meses en que empezó a andar como tal más "fluidamente". Pasó de un característico gateo en plan marine de los EEUU que se arrastra por las trincheras y por el barro, a un "perfecto" gateo (y me refiero al típico gateo y más conocido, pues hay cientos de formas de gatear). Y de ahí pasó a intercalar el gateo de toda la vida con levantarse él solo, andar ayudado del sofá, sillas, patas de mesa, tronas y demás mobiliario, y poder desplazarse por sí mismo andando dentro de sus posibilidades.

     Luego vino la ayuda paterna y materna sujetándole los brazos. La típica estampa del padre/madre agachado, cogiéndole los brazos elevados del niño, y éste, con total confianza y libertad, corriendo como un energúmeno arriba y abajo y descubriendo un nuevo mundo ante sus ojos. El desplazamiento ya no tenía secretos para él (o ese cría :D). Más delante pasamos a una versión 2.0 de ayuda caminante. Pasamos de acompañarle con los dos brazos a usar sólo uno, dándole la mano. El nivel de agachamiento para el padre o la madre es menor, pero las molestias de espalda son casi las mismas :D.

     Actualmente nos encontramos con una versión 2.1 en la que en vez de la mano, damos un dedo. Es más, el enano ya es que casi que lo exige, te pide con sus gemidos y sus sonidos típicos, alargando su mano hacia tí para que le ofrezcamos un simple dedo con el que agarrarse, "simplemente" eso. Así llevamos el último mes o dos meses.

     Ahora mismo tiene 13 meses, como aquel que dice. Está con tal soltura andando a un dedo, que muchas veces es como si ni lo tuviera agarrado. Es por eso, que (creo que tarde, pero por falta de tiempo también), estamos empezando a soltarlo poco a poco. Lo ponemos para que vaya de uno a otro separados 1 o 2 metros de distancia. Como es normal, muchas veces echa a andar pero en cuanto ve los brazos que le aseguran de una posible caída, se tira como si fuera Superman a por ellos. Tal vez deberíamos haber empezado antes con este "trabajo", más que nada por temas de guardería, ahora que empieza el nuevo curso escolar, y su grupo pasa a otro nivel. Lamentablemente hasta que no ande "bien" (ande, se pare, se gire sin problemas,...) no podrá seguir con su antigua profesora, la cual avanza al siguiente "curso" con el resto de niños que cumplen los requisitos. Aun así parece que la guardería le sigue gustando, y no le hace ascos a las nuevas profesoras que le han tocado. Y encima sigue comiendo allí bien, y hasta duermeeee y tooooodoooo (que el año pasado apenas lo hacía 10-15 minutos!!). Así que virgencita que me dejen como estoy, y que poco a poco todo llegará. Eso sí... habrá que ir pensando si será conveniente reorganizar el salón o no (TV, Multimedia, DVD, etc). Estos muebles de diseños no están pensados para esos locos bajitos!! :D

miércoles, 22 de junio de 2011

Los avances del bebé

     Desde que el bebé nace estamos pendientes de sus continuos avances. Cada cierto tiempo vemos como gestos o acciones insignificantes para nosotros, para el niñ@ puede ser un enorme avance en su desarrollo psicomotriz. Como diría aquel, "Un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para el bebé".

     A día de hoy nuestro hijo tiene 10 meses y 10 días, y es realmente espectacular como cuando uno echa la vista atrás, y rememora las fotos como si fuera la primera vez que las vemos (por más que las ojeemos una y otra vez), nos damos cuenta de lo mucho que ha avanzado nuestro enano. En el inicio ya es un verdadero placer que con un simple pero fuerte apretujón de tu dedo con su mano se crea un vínculo difícil de describir. Aunque es algo instintivo, como el buscar con su boca la comida, no deja de resultar sorprendente.

     Lo siguiente es ver como poco a poco va intentando aguantar el peso de su cabecita. El como cuando al salir del baño y se le está vistiendo, estando boca abajo, hace el esfuerzo supremo de levantar la cabeza pero no puede. Es como si dentro tuviera un imán que le impidiese levantarla del cambiador. Con los días y semanas, poco a poco lo va consiguiendo, hasta que finalmente es una acción de lo más cotidiana.

    El siguiente paso es el de intentar darse la vuelta y el de, estando boca arriba, cogerle de las manitas e intentar que se incorpore y quede sentado. Para ambos casos tiene sus técnicas de estimulación y aprendizaje, pero al final, cuando pasan los meses y el niñ@ no para quieto ni 10 segundos para poder vestirle o cambiarle el pañal, te arrepientes de haberlo sobreestimulado tanto para conseguir tales objetivos :D. Por regla general, ahora mismo resulta toda una odisea poder cambiarle un pañal sin que pare quito, los chorreones de sudor caen gracias también a los calores de esta época del año, y entonces es cuando te acuerdas de lo mono que estaba tu hijo pudiendo cambiarle sin problemas, girándolo e incorporándolo con tu ayuda, y pudiendo vestirlo sin problemas. Todo un lujo!!

    Una vez que ya se gira y se sienta sin problemas, manteniéndose él solito, viene lo de el desplazamiento. Hay cien mil formas de gateo, así que no te asustes si tu hij@ es como el mío y no gatea de la forma tradicional de culo levantado, manos y rodillas en el suelo y a echar a recorrer metros. Mi caso es al que nosotros llamamos "Marine de los Estados Unidos", porque parece que va reptando por debajo de las alambradas, todo tumbado, impulsándose con los antebrazos y girando la cadera al son de izquierda-derecha cual bailongo salsero/bachatero y poder luego impulsarse con toda la pierna XD.

     Pero no queda ahí la cosa. Luego está el gracioso andar y sus primeros pasitos. Jojo-jiji, todo es muy bonito y gracioso... al principio. Ahora mismo están llegando las jorobas temporales de estar agachando los brazos y poder llevar de la mano al enano, y es un autentico terror dejar cosas "de valor" a su alcance XD. Murphy seguro que tiene una ley a nivel infantil, y si no la tiene debería ser algo así como... "Ya puedes tener los juguetes que quieras alrededor de un niño, que como haya un mando, móvil, teclado, ratón u objeto no parecido a un juguete, el niño siempre irá a coger el que no es un juguete". Con todo esto, decir que nuestro hijo ya consigue desplazarse donde desea, con nuestra ayuda o sin ella, pero llega donde quiere. O al menos hasta donde le dejamos, porque una vez en el destino, otra cosa es que papi y mami le dejen hacer y deshacer lo que quiera :D Ese será me temo el siguiente paso, el del pulso entre padres e hijo por ver quien cede a sus pretensiones. Después vendrán las primeras palabras, las primeras comidas solo, etc, etc, etc. Pero por el momento me quedo en el nivel de los andares. Ya os contaré que tal irá el resto de avances ;)

jueves, 9 de junio de 2011

Inconvenientes de romper con la rutina

     Ayer sufrí en mis propias carnes el típico suceso que cuando pasan los días lo recuerdas y sueltas unas risas, pero que en el momento de ocurrir dices y maldices hasta más no poder. Es curioso como cuando nos rompen unos hábitos, la rutina de todos los días, se trastocan los planes y se te olvidan las llaves en la puerta, se te olvida cerrar el coche, etc. Este caso fue realmente curioso. Relato....

     Titulo universitario en una mano para dejar una copia en el curro, llaves del coche en la otra, Carlitos en brazos a la derecha y su mochila en la izquierda. Vamos camino del coche para dejarlo en la guardería y luego para el curro, como todos los días. Abro el coche, no puedo meter a Carlos en el maxicosi, me faltan manos. Pongo el título en el techo del coche (ya podría ser el titulito un DIN-A4). Meto al enano. Se resiste como siempre a sentarse. Le doy el mando de abrir el garaje. Se me relaja y se sienta mirando con deseo el "juguete". Ya sentado le pongo su cinturón de seguridad, le quito como un mago el mando y le paso otro juguete. Le pongo más a su alcance otros cacharros para jugar... o tirar a los lados, como siempre hace. Le hago un par de tonterías y se me ríe. Contento yo, me dirijo al asiento del conductor. Arranco. Suena la radio. Tiro marcha atrás y salgo del garaje. Dejo al enano en la guardería, previo olvido de su mochila en el coche y vuelta a entrar para dejársela allí. Tiro ya para el trabajo. Aparco en el parking y me dirijo a salir. ¡¡Se me olvidaba!! Vuelvo al coche a por el título universitario. "¿El título? ¿EL TÍTULOOOOO?? - manos a la cabeza - LA OSTIA PUTAAAAAAAAAA!! QUE ME DEJÉ EL TÍTULO EN EL TECHO DEL COCHE!!!!". Gracias a Dios tengo el teléfono de la que fue voval inicial del bloque. Le mando un SMS y luego hablo con ella. Me hace el favor de bajar al garaje a buscar el título. Localizo también a mi otro ángel de la guarda que vive cerca mía y es compañero de trabajo. Menos mal que aun no había salido para el curro. También se acerca a ver si localiza el objeto del deseo. Hubo suerte y la vecina lo encontró. También da con mi compañero de trabajo y se lo da para traérmelo al curro. Al final título pisoteado y manchado, pero por suerte encontrado. Afortunadamente estaba metido en un sobre gigante. Visto lo visto, he hecho unas pocas de copias. Casi que puedo enmarcarlo y todo sin temor a volver a usarlo :D

     ¿Conclusión? Un día de estos dejo la mochila en la guardería y me dejo al niño en casa!!

miércoles, 11 de mayo de 2011

Los entretenimientos del bebé

     Suele venirme a la mente más de una vez aquella fabulosa película de John Travolta y Kirstie Alley, "Mira quien habla". Me encantaría saber qué piensa mi hijo cuando yo o cualquier otra persona se pone a decir tonterías varias, poner caras, cambiar los tonos de tu voz por unos más agudos, hablar en "bebel", etc. ¡ME ENCANTARÍA! :D Juraría incluso que más de una vez suelta una de esas leves sonrisas como diciendo "Venga, vale, ya me he reído.... ¿puedo seguir con lo mío?".

     No hay mayor cosa que desea un adulto delante de un niño como conseguir hacerlo reir. Ya pueda tener el bebé días o bien entrado en sus meses, que cualquier gesto, caricia, cosquilla o palabras (sea el tono en que sea de ridículo) que se le haga, la finalidad última es conseguir hacer reír al niñ@. Con esto no quiero decir que la gente es pesada y tal, ni mucho menos. Sólo quiero lanzar la reflexión de que curiosamente todo trato esporádico con un enano de hablarle e interactuar con él como pasatiempo, es para conseguir la sonrisa, alegría y estado de felicidad como respuesta suya. Y para que nos vamos a engañar, cuando lo conseguimos es de las mejores drogas que uno puede tomar. Una sonrisa de tu hijo borra de tu mente cualquier problema que tengas, cualquier cansancio que arrastres o cualquier tristeza que te embargue. Una sonrisa es tan gratificante que todo lo cura. Y si encima lanza unas carcajadas tras otras, como las típicas de los famosos vídeos de internet, ya entraríamos en un orgasmo de felicidad que es imposible de describir :D


     Como todo, cada cosa tiene su tiempo. Lo normal es que los padres quieran estar con sus hijos, jugando con ellos, ver cómo se desarrollan y cómo van haciendo cada vez más cosas por si mismos (esto será otro tema a tratar en posibles artículos ;D). Pero lo cierto es que hay momentos en que por desgracia hay que dejarlos solos y no poder disfrutar de ellos. Y es aquí cuando tenemos que echar mano de ciertos recursos.

     Ya con mis queridas sobrinas me bajé internet entero -que diría mi cuñada- en relación a material audiovisual infantil. Ya sabéis... Pocoyó, El Oso de la casa Azul, Little Einstein, Erase una vez, películas, y así hasta un sin fin de variedades. Como todo, cada cosa tiene su momento, y no todo es aceptado por el niñ@. En mi caso, hasta que mi hijo no tuvo unos 2 meses no pudimos estar con unos minutos de "tranquilidad" para hacer de comer, desayunar, limpiar, y demás labores que habitualmente hacíamos sin un niño. Ya de por al principio no le gustaba eso de estar tumbado en la hamaca, pero poco a poco fue cogiéndole el gustillo. E igual para la caja tonta. Al principio duraba unos 10 minutos viendo la tele y progresivamente, conforme iba captando más músicas y más formas, su interés se incrementaba. Pasó de dejar que hiciéramos el desayuno hasta poder comérnoslo, recoger la mesa y preparar demás cosas de la casa.

     Nuestra intención no es que sea un niño que se tire las 24h delante del televisor enganchado y sin molestar, pero también es cierto que a veces es casi necesario que tenga una distracción, y tan chico como se es hasta los 5 meses (mes arriba, mes abajo) la única forma es sentado en una hamaca, bien cómodo y viendo uno de los mejores inventos televisivos infantiles: los Baby Einstein.


     Para el que no lo sepa, son una serie de vídeos que son específico para ciertas edades. Por ejemplo para bebés de 0 meses está el Baby Mozart, Baby Bethoveen o el Baby Bach. Para los 9 meses están el Baby Galileo y el Baby Neptuno. También los hay para 12 meses y adelante. Nuestro hijo actualmente va a cumplir en breve los 9 meses, y le intercalamos los de 9 y 12 meses, aunque también es cierto que ya sólo se lo ponemos para la cena, cuando se pone más tontillo con el biberón y no quiere más. Lo que deja se lo hacemos papilla y a base de cucharazos y la musiquita y muñecos del vídeo, se acaba comiendo todo.

     Cierto es que a su edad le hace menos caso, pero a la tele en general. Es más un niño con... otras inquietudes :D Pero una cosa no quita a la otra. Bendita sea Julie-Aignier-Clark y sus valiosos momentos de paz que nos dieron a los primeros meses. Si tiene un hij@ de pocos meses, sólo haz la prueba. Es mano de santo ;)

     Más adelante hablaremos de otros entretenimientos del enano, pero será eso... más adelante.

miércoles, 6 de abril de 2011

Los padres y su vida social

     En mi último artículo acababa contando como el bebé logra estabilizarse por las noches y consigue dormir del tirón hasta la mañana siguiente, con el consiguiente descanso placentero de los padres. Esta estabilización no sólo se queda ahí, en la noche. Poco a poco el niñ@ va cogiendo su propia rutina y va teniendo un horario que sigue casi a rajatabla. Y si nos lo saltamos, podéis estar tranquilos que él se encargará mediante el llanto de recordároslo. Si sus comidas son sobre las 12:00 o 12:30, tened por seguro que pasada esa hora se pondrá a llorar reclamando su ración diaria. Si suele levantarse a las 7:00 de la mañana aproximadamente, le da igual que sea sábado o domingo que a esa hora se levantará, aunque sea 1 de Enero. Y así con un sin fin de ejemplos. La parte más que buena de esto es que este horario estricto del reloj biológico de vuestro retoño será por fortuna vuestra salvación. A partir de este momento podréis tener vida social.

     Sin ir más lejos no hace mucho pasamos una estupenda jornada de campo. Llegamos poco antes del medio día. El niño era como "la falsa moneda" que dice la canción, que de mano en mano va. Lo cual era un descanso para nosotros y también una alegría para los presentes (no nos engañemos, un niño de pocos meses es como un cachorro, que todos quieren mimarlo y hacerle carantoñas :D). También hay que decir que nuestro hijo en ese aspecto no da que hacer, es muy bueno (y no lo digo porque sea su padre). Como he dicho ya unas pocas de veces, cada niñ@ es un mundo, pero de eso trata el blog, de orientar y dar a conocer las experiencias personales :). La cosa es que luego llegó a hora de la comida y luego su respectiva siesta, que aunque fuera más corta de lo normal que en la comida de la casa, siempre es más tiempo libre para los padres para poder charlar, comer y demás... en definitiva socializarse. Luego vino el despertar, el cambiar de pañal y más de unos brazos a otros. Si no jugueteaba con uno jugueteaba con otro, y si no con sus padres. Después viene la fruta para merendar, y con suerte otra siestecita. Y después del despertar, recoger los bártulos entrada la tarde y para casa que esperaba el baño, la cena y la siesta total, hasta la mañana siguiente.

     Esto es la cronología normal de la vida de nuestro hijo, sólo que llevado a fuera de la casa. Tras hacer algún intento anterior de salir y comer por ahí, pudimos comprobar con rotundo fracaso que nuestro hijo aun no estaba preparado para esos ratos de "lujuria y desenfreno". Por suerte ese día llegó. Podemos decir que ya tenemos vida más allá de los límites que imponía el tener un bebé. Nuestro bebé va creciendo y nos deja crecer, pero sobre todo también nos deja socializarnos. Eso sí... el mando a distancia aún es suyo. Esa no la perdona :)

miércoles, 23 de marzo de 2011

El bebé y la noche

     Suele decirse que a partir del nacimiento de tu primer hij@, la vida te cambia radicalmente. Ya vives por y para esa nueva criatura. Y lo cierto es que tienen toda la razón. Lo normal es que sea sobre todo la madre quien note más ese drástico cambio, pues es la principal partícipe para darle de comer al niñ@. Como es de imaginar, hablamos del caso de darle el pecho. Si por X o por Y el bebé es de biberón, entonces ya está en manos de los padres el como dividirse la tarea, y por el bienestar de los dos, debería de dividirse. Dado este caso no es justo que uno cargue con todo el trabajo y cansancio de dormir poco y mal por la necesaria alimentación del bebé. Todo esto es lo ideal, siempre con consenso y cordura racional de las partes implicadas, porque luego casos hay miles, desde la que es más madre que madre y como ella lo hace todo no lo hace nadie, o el caso de que el padre/madre tenga que trabajar mientras el otro está de baja por paternidad/maternidad y sea razonablemente la parte que no trabaje la que se encargue del “esfuerzo nocturno”.

     Y todo esto bien a relación de lo duro que son los primeros meses en el vivir y convivir del nuevo “invitado” de la casa, la cantidad de trabajo y esfuerzo que supone adaptarse a los nuevos hábitos. Eso del típico comentario de unos padres a los amiguetes que aun no lo son “¡¡Ya os enteraréis cuando lo tengáis!!” es cierto en parte porque realmente toda palabra que se diga o todo comentario que se haga, realmente no puede alcanzar a explicar la labor realizada en esos primeros meses hasta que el niño se estabiliza y duerme por las noches. Está claro que cada niño es un mundo, y lo mismo tú que estás leyendo esto y has pasado ya por esto, has tenido la suerte de que tu bebé durmió como un lirón desde el primer momento. Te felicito y te envidio, como muchos otros padres :D Es curioso como lo que es pasar de 2 a 3 horas de sueño y se convierten en 4 o 5, tu cuerpo te lo agradece como si hubieras dormido durante 12 horas. Ese cambio poco a poco de tu hij@, mejorando en las noches enriquece tanto que de la satisfacción parece como si descansases el doble.

     Una vez estabilizado el sueño después de su cena, es como haber conseguido el primer objetivo con tu hij@. Parece que empieza una nueva etapa en la que ya vuelves a vivir otra vez, al menos por las noches. Has pasado de 24h para el niño a 13h. En nuestro caso hemos tenido una suerte tremenda. Desde los 4-5 meses duerme solo en su habitación, ya con 6 meses se bañaba y cenaba, y él solito a la cama y se duerme solo. Todo un lujo. Ahora mismo a las 20:00 está metido en la cama, y los papis con unas largas decenas de minutos para disfrutar de una tranquila cena y poder relajarse sin estar pendiente de si el niño llora, juega, se le hace reír, se le cambia, se le da de comer... todo eso, aunque laborioso, es fantástico, pero también es necesario descansar, no?? ;)

miércoles, 2 de marzo de 2011

El llanto de un bebé

     Mi padre solía decirme cuando era chico que mi trabajo era estudiar, del mismo modo que el suyo era ir a currar para ganar dinero y poder alimentarnos. Esa era mi única labor, y como tal no debía ser complicada de llevarla a cabo. Dicho esto, la única labor de un bebé a grandes rasgos es dormir, comer y hacer sus necesidades. Fuera de ahí, ya sólo le queda estar despierto y relacionarse con el mundo exterior. 

     Después 6 meses y medio con mi hijo, puedo asegurar que el niño realmente no llora por llorar. Si lo hace es porque algo quiere. También es verdad que hay una buena gama de llantos, y lo ideal sería tener como en ese capítulo de los Simpsons, en el que el hermano de Homer inventa una máquina que traduce los quejidos y balbuceos de los enanos, pero entonces... ¿¿qué gracia tendría?? Pues desde el punto de vista de los padres, mucha por no decir toda!! 

     Como padres primerizos, hay momentos en los que puede llegar a desesperarte por desconocer la verdadera razón de un llanto. Una cosa es que sea la hora de la comida o se despierte porque lleve ya un buen rato dormido y comience a llorar. Esos llantos son los más detectables. Pero hay otros, como es el caso actual, en los que sólo a base de darles cien vueltas puede uno "intuir" a qué se debe.

     Resulta que nuestro hijo tiene sus más y sus menos con la comida, más concretamente con coger el biberón matutino y nocturno. Al principio no le hizo asco alguno. Pero luego pasó una racha mala con bronquiolitis, y era entendible que no quisiera cogerlo, pues comer y respirar al mismo tiempo era toda una tortura. Una vez sano, retomamos el tema del biberón y según el día dejaba más o menos cantidad, la cual luego tenía que ser administrada con cuchara, nuestra gran salvadora. A falta de biberón la cuchara ha sido la gran aliada de las comidas. El niño parecía que iba a ser de cuchareo y potajes. Desde el comienzo abría la boca que daba gusto. Desde el comienzo ... hasta el día de ayer. Sin ton ni son el niño empezó a llorar como un descosido en las comidas. Cuando no quiere abrir la boca no hay manera. Bien sea la hora de la comida con su verdura o la de la tarde con su fruta, el acto de comer se convirtió en todo un acto de paciencia y fe. Era llorar y llorar desconsoladamente. Toda una novedad de caso. No tenía sentido, hasta que se le endiñó junto con la fruta un biberón para tratar que al menos comiese algo más de líquido. Fue un éxito a medias, pues aunque lo cogió sin ponerle pegas, realmente no lo quería para chupar y extraer todo el jugo, sino para roerlo y llevárselo a sus muelas, y poder mordisquear frenéticamente la tetina. Conclusión... el niño estaba rabiando con los dientes. 

     Siempre escuchamos eso de... "Uuuuyyy, este niño se mete mucho las manos en la boca. ¡¡Eso es que está liado con los dientes!!" (o similares) Pues bien, llega un momento en que al final viene el lobo de verdad. Lo cierto es que ya tiene sus dos dientes inferiores bien salidos haciendo su sonrisa más encantadora si cabe, pero es verdad que cada ciertos días o cada par de semanas se pone más tontillo y roe las cosas con más ansiedad que otras veces. Lo malo de todo esto es que un día le da por una forma de expresarlo, y otras veces nos coge descolocados y la toma con la comida. Es un caso parecido al de la otitis, pero ese tema lo trataremos en otra ocasión. Por ahora sólo nos queda ir acumulando experiencia y asimilar todo el comportamiento de nuestro hijo. A más información que tengamos y más vías de actuación, más fácil será llevarnos con el y tratar todas sus afecciones, que como no podía ser de otra forma, serán mediante el llanto.

     Con todo este ejemplo lo que pretendo decir es que un niño no llora porque sí. Si llora es porque algo le pasa, y más cuando es tan desconsoladamente. Si se os da este caso no lo ignoréis y pensad que es su forma de comunicarse. Intentad averiguar cual puede ser el motivo de su llanto y daréis otro importante paso más en el fascinante mundo de la paternidad :)