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jueves, 9 de junio de 2011

Inconvenientes de romper con la rutina

     Ayer sufrí en mis propias carnes el típico suceso que cuando pasan los días lo recuerdas y sueltas unas risas, pero que en el momento de ocurrir dices y maldices hasta más no poder. Es curioso como cuando nos rompen unos hábitos, la rutina de todos los días, se trastocan los planes y se te olvidan las llaves en la puerta, se te olvida cerrar el coche, etc. Este caso fue realmente curioso. Relato....

     Titulo universitario en una mano para dejar una copia en el curro, llaves del coche en la otra, Carlitos en brazos a la derecha y su mochila en la izquierda. Vamos camino del coche para dejarlo en la guardería y luego para el curro, como todos los días. Abro el coche, no puedo meter a Carlos en el maxicosi, me faltan manos. Pongo el título en el techo del coche (ya podría ser el titulito un DIN-A4). Meto al enano. Se resiste como siempre a sentarse. Le doy el mando de abrir el garaje. Se me relaja y se sienta mirando con deseo el "juguete". Ya sentado le pongo su cinturón de seguridad, le quito como un mago el mando y le paso otro juguete. Le pongo más a su alcance otros cacharros para jugar... o tirar a los lados, como siempre hace. Le hago un par de tonterías y se me ríe. Contento yo, me dirijo al asiento del conductor. Arranco. Suena la radio. Tiro marcha atrás y salgo del garaje. Dejo al enano en la guardería, previo olvido de su mochila en el coche y vuelta a entrar para dejársela allí. Tiro ya para el trabajo. Aparco en el parking y me dirijo a salir. ¡¡Se me olvidaba!! Vuelvo al coche a por el título universitario. "¿El título? ¿EL TÍTULOOOOO?? - manos a la cabeza - LA OSTIA PUTAAAAAAAAAA!! QUE ME DEJÉ EL TÍTULO EN EL TECHO DEL COCHE!!!!". Gracias a Dios tengo el teléfono de la que fue voval inicial del bloque. Le mando un SMS y luego hablo con ella. Me hace el favor de bajar al garaje a buscar el título. Localizo también a mi otro ángel de la guarda que vive cerca mía y es compañero de trabajo. Menos mal que aun no había salido para el curro. También se acerca a ver si localiza el objeto del deseo. Hubo suerte y la vecina lo encontró. También da con mi compañero de trabajo y se lo da para traérmelo al curro. Al final título pisoteado y manchado, pero por suerte encontrado. Afortunadamente estaba metido en un sobre gigante. Visto lo visto, he hecho unas pocas de copias. Casi que puedo enmarcarlo y todo sin temor a volver a usarlo :D

     ¿Conclusión? Un día de estos dejo la mochila en la guardería y me dejo al niño en casa!!

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