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jueves, 17 de febrero de 2011

"Cuidado que se acostumbra"

     Durante los primeros meses de vida de tu retoño, seguro que escuchas más de una vez eso de "¡Como lo cojas mucho estás perdido!" o "No lo vayas a coger demasiado que luego se acostumbra y quiere todo el rato brazos" o similares. Y visto lo visto, ¿sabéis lo que os digo? que te des el gustazo y que lo cojas, que sólo es chico por unos meses. Luego si no te arrepentirás de no haberlo hecho y te darás cuenta de que tanto consejo realmente es aplicable a partir de ciertos meses. Hasta los 3 o 4 meses un niño realmente no es consciente de si quiere brazo o no por "la costumbre". Si llora desconsoladamente cógelo sin miedo y tranquilízalo. Dormir con tu hijo, uno de los placeres de este mundo Si te apetece achucharlo y juguetear con el en brazos, hazlo sin temor. Si te apetece pegarte una buena sobada con él, los dos juntitos y siendo un UNO, hazlo sin dudarlo. Os puedo asegurar que esto es de los mayores placeres que hay en la vida. No hay cosa más gratificante y saludable que pegarte una sobada en el sofá con tu hij@ encima de tu pecho. El que lo haya hecho sabe lo que digo, y si aun no lo has hecho y tu hijo es lo suficientemente pequeño, hazlo sin dudarlo. Luego, cuando cumpla los 4 meses o más ya quizás será demasiado tarde, porque el enano no parará quieto un segundo o porque simplemente sus hábitos para coger el sueño sean distintos (mediante el chupete, solo en la cuna, o simplemente por cansancio de comer del pecho).

     No seas de esos que tienen el bebé todo el día acostado en su capazo o en la cuna y tienen la cabeza "plana" de estar todo el día con su cabecita apoyada sobre un "firme". Disfruta de él mientras puedas, porque una vez más mayor, ya solo querrá explorar el mundo con su mirada y queriendo interactuar con él, cogerlo todo y llevárselo a la boca, querrá conseguir la verticalidad como las personas mayores y estar sentado, querrá estar tumbado para jugar con sus juguetes y aprenderá a girarse boca arriba y boca abajo, y así hasta llegar a andar y a hablar y dejarte sorprendid@ día tras día. Disfruta de él mientras pueda. Y si es pequeño, cógelo cuanto quieras, que tú también necesitas cariñitos de él.

jueves, 10 de febrero de 2011

Teta o Bibi

     He aquí la gran pregunta de toda persona que siempre suelta, tarde o temprano, cuando ve a la madre con su retoño: ¿Qué le das, teta o bibi? (o en su defecto para no ser demasiado "vulgar"... ¿qué le das, el pecho o el biberón?) Realmente no sé que esperan por respuesta. Lo que si sé es que por regla general, la generación anterior a nosotros (la de nuestros padres) como que están más a favor del tema biberón. Como todo en esta vida, hay casos para todo, pero lo normal es que un niño de biberón esté más regordete que uno de teta (y repito que siempre hay excepciones), y es que es de cajón, pues se le mete mucha comida continua y controlada (sobre todo controlada en cantidad) y más que alimentarlo se le "ceba". Por mucho que diga la vecina del quinto que ha tenido 5 hijos o la prima segunda por parte del tío político paterno, la leche de pecho es muchísimo más sana que la artificial. Por una causa o por otra no todas las madres pueden "disfrutar" de la oportunidad de darle el pecho a su hijo, y al final deben de tirar por el camino de la leche artificial. ¡¡Ojo!! Esto no es una desgracia, pero sin duda un bebé alimentado con leche materna está más alimentado con las proteínas y demás historias de la madre, y protegido ante posibles enfermedades que puedan pulular por el ambiente, que un bebe de biberón. Con esto llegamos este último caso. Como decía, un niño de bibi suele estar más rollizo y más gordito. Lo cierto es que es bueno que un niño esté "fuerte" y con kilos para que si viene una mala racha de pillar una enfermedad (resfriado, bronquiolitis, varicela...), su cuerpo tenga reservas y no se quede en el espíritu de la golosina. Por eso creo, sobre todo entre la gente más mayor, como que asocian la gordura al estado de salud del niño. A más gordo, más sano. Si ven a un niño que no esté regordete y con sus buenos pliegues, te piensan en "to tu cara" eso de "A este niño lo que le hace falta es un buen biberón de maizena".

     Pues mire, no. Cada niño es un mundo, y come lo que tenga que comer. Lo importante sobre todo es que el niño vaya pillando peso cada semana, que no tenga recaídas, que vaya engordando. Controlado siempre por el/la pediatra, si está en el percentil de su peso/altura perfecto, si no pues controlar que realmente va cogiendo peso cada semana. En nuestro caso, nuestro hijo es muy grande de altura (está en el percentil del 97%), pero de peso está por debajo en la curva ideal. Al principio nos preocupaba, pero llega un momento en que el que realmente lo ves y compruebas que realmente está sano, coge peso cada semana, se le notas las piernas fuertes y con volumen, no está tampoco delgado que se le vean las costillas, tiene su barriguita, está siempre sonriente y tiene una actividad brutal (no para de moverse, por lo que no me extraña que con ese deporte extra le impida capturar más peso :D).

     En resumen, un niño de pecho come según tenga hambre, la cantidad que quiera en ese momento, sea la hora que sea, y sin contar si comió ya hace 1 hora o no. En cambio el de biberón tiene un horario establecido y unas cantidades fijadas. Realmente es más sacrificado para la madre el tema de pecho, ya que el tiempo de descanso entre toma y toma (ahora es cuando uno se acuerda de las noches) puede ser una incógnita, aunque creo que el enano lo agradecerá por un estado de salud más fuerte. Lo ideal es ir haciéndole (o mejor dicho, que "se vaya haciendo") un hábito de comida, como un horario en el que poco a poco se regule su cuerpo para pedir comida. Eso es lo ideal, con lo fácil que parece contarlo... El bebé de biberón da más margen a los padres, como que al llenarse más el estómago se quedan más "boyaos" (que se dice por aquí abajo). Al no tratarse de mi caso, creo que psicológicamente es más que un punto o dos a favor de los sufridos padres, que además de ver crecer a su bebé a lo ancho y alto, encima pueden descansar más por las noches.

     Como he dicho ya en un par de veces, cada niño es un mundo, pero todo este tochaco es una reflexión personal y "experimentada". Yo por mi parte prefiero un niño alimentado del pecho, aunque lo importante al fin y al cabo es que tu niñ@ al final esté sano, sonriente, cogiendo peso, y viéndolo crecer día a día y sorprendiéndote en cada tontería que haga como el simple hecho de poder coger un juguete sin problemas o ver como hace él mismo por conseguir la verticalidad. Como diría aquel... un pequeño paso para el bebé pero un gran salto para su evolución :)

     Si eres de es@s en los que por diestro y siniestro te dan la vara con que el niño lo que le hace falta es un biberón, que si tal y que si cual... no te preocupes, aprende a convivir con ello. Todo el mundo opina y todos saben. No sientas como que al ser primeriz@ parezca que no tengas ni idea de nada porque nunca antes habías sido padre/madre. Nadie mejor como estos para conocer a su hijo. Acepta todos los consejos que te den (ya es cosa tuya aplicarlos o no) y pasa de los que realmente no los consideres como tal. Nadie mejor como un padre o una madre para conocer a su hijo, que lo ven las 24h del día. Lo importante es verlo feliz, que coja peso dentro de lo normal y que crezca día a día no sólo físicamente, sino también en cuanto a motricidad se refiere. El resto ya es otro cantar, que por supuesto iremos abordando por aquí poco a poco ;)

miércoles, 9 de febrero de 2011

Por qué este blog

     En esta época de auge del ciberespacio, es más que común que ante un cambio radical de vida como es ser padres, ante las dudas que nos asaltan por la crianza de un niño (ya sea enfermedad, alimentación, juegos, etc), recurramos con la mayor de las facilidades a internet para buscar la piedra angular de nuestras dudas e inquietudes. A la familia siempre la tenemos ahí y aunque no lo parezca o a veces no se nos crea (el que sea padre/madre primerizo sabe a lo que me refiero :D), su opinión y consejo cimentado por la experiencia es más que aceptado y valorado por la parte que nos toca. Aun así, internet es muy fácil de usar y de encontrar soluciones a nuestras dudas en tiempo record. Siempre está el riesgo de que si no eres inteligente, puedas meterte en arenas movedizas y ahogarte, en vez de salvarte y encontrar un terreno firme (si te duele la cabeza y buscas en internet por ello, no te extrañes si encuentras cosas de tumores o demás cosas por el estilo, tampoco es cuestión de sacar las cosas de quicio). 

     Dicho esto, ante ya más de unas pocas búsquedas en la red de redes sobre inquietudes varias, dio la casualidad que todo lo encontrado eran foros donde se contaban experiencias sobre el caso particular de cada madre con su hijo, algún que otro blog como éste donde la madre cuenta su experiencia con su retoño y los medios que pone a los problemas encontrados en el camino, o a lo sumo alguna que otra web de pediatras donde puntualmente se van tocando temas de interés sobre los bebés y niños (por cierto, altamente recomendable la web El pediatra de "La Velada" (de Juan J. Barea. Pediatra de Primaria)). Con todos estos elementos nació la idea de llevar a cabo un blog donde esta vez sea desde el punto de vista de el padre el que cuente sus experiencias en relación a la crianza de un retoño. Créame si le digo que si la santa madre tuviera más tiempo también se embarcaría en esta aventura. Quien sabe, quizás más adelante ;)

     Nos vemos, o mejor dicho... nos leemos próximamente!!